Crimea está ahora en el centro de una escalada de tensión y un posible conflicto entre Ucrania y Rusia, con ramificaciones que alcanzan a Occidente.
Tras la caída el sábado pasado del aliado del presidente ruso Vladimir Putin, el ahora depuesto mandatario ucraniano Viktor Yanukóvich, luego de protestas de nacionalistas y pro occidentales, el centro de la crisis se trasladó a la región de Crimea, que se podría convertir en un campo de batalla entre las fuerzas leales a Kiev y los que apoyan a Rusia.
Hombres armados tomaron el jueves el Parlamento en Crimea y declararon que "Crimea es Rusia", este viernes fueron tomados dos aeropuertos, en las calles chocaron grupos separatistas con pro ucranianos y Rusia puso en alerta a 150.000 soldados cerca de la frontera con Ucrania.
En el fondo hay una lucha de poder entre Occidente (con la Unión Europea a la cabeza) y Rusia por un área de influencia vital en el ámbito geopolítico y económico para los intereses de cada parte.